
La última incidencia ha sucedido en la población de Columbus, en el estado de Ohio, donde un espectador accedió a un cine de la localidad con sus flamante GoogleGlass. Todo iba bien, hasta que un funcionario del FBI, se sintió molesto por la situación y pidió que se las quitara. Hay que aclarar, que el usuario vestía la versión graduada de GoogleGlass, por lo que si se las quitaba, iba a ser imposible que viera la película.
La situación fue bastante incómoda, ya que el usuario tenía toda la razón en que debían permitir que las llevara dentro del cine, primeramente por permitirle ver la película, ya que eran sus gafas graduadas, y segundo porque al resto de espectadores se les permite entrar al cine con sus smartphones apagados y nadie puso ninguna pega, tal y como este usuario llevaba sus GoogleGlass, apagadas por completo.
Este tipo de cosas, nos acerca un poco la previsión de lo que GoogleGlass supondrá en el momento de su lanzamiento, y es que un dispositivo así va a hacer ampollas en las cabezas menos preparadas para la evolución de la tecnología.
El temor extendido acerca de la violación de la privacidad, es la mayor de las trabas que GoogleGlass va a padecer a la hora de legislar su uso en cada país, donde se tendrá que modificar la ley para incorporar las cláusulas que regulen su uso. Y como todos sabemos, ante no saber qué hacer, la postura del gobierno ante tal vacío legal, es prohibir y luego, si no es demasiada molestia, trabajar en el caso.







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